Recetas para potenciar la innovaciA?n
Querido lector, este es el primer nA?mero en formato electrA?nico de Biotech Magazine desde que iniciamos la andadura, hace ya tres aA�os. Mantendremos la misma periodicidad de la revista, que puede descargar en pdf, con el valor aA�adido de acceder, a travA�s de nuestra pA?gina web, a una selecciA?n de noticias relacionadas con el mundo de la biotecnologA�a.
Dicho esto y a modo de acotaciones, aquA� tiene una serie de sugerencias que hemos elaborado para potenciar la innovaciA?n en EspaA�a, en la seguridad que las acogerA?n con el mismo sentido que las hemos elaborado; esto es, en sentido constructivo, pero realista.
Emprendimiento e innovaciA?n son ciertamente palabras de moda en el mundo empresarial espaA�ol en la actualidad, y de obligada aplicaciA?n en el mundo de la BiotecnologA�a.A� En los Organismos PA?blicos de InvestigaciA?n y en las Universidades espaA�olas se sabe de la existencia de grandes bolsas de conocimiento, una mA�nima parte de las cuales son transferidas al mercado. Hay que reconocer que ha habido buenas iniciativas de puesta en valor de proyectos de investigadores espaA�oles, como las OTRIs (Oficinas de Transferencia de Resultados de la InvestigaciA?n), pero sigue habiendo una gran desconexiA?n entre las PYMES y los Departamentos de InvestigaciA?n de OPIs y Universidades.
Existen datos que recogen que el carA?cter emprendedor existe en EspaA�a en proporciones notables, como es el caso de la Universidad de CA?diz (por cierto y paradA?jicamente una de las provincias con mayor paro estructural de EspaA�a, mA?s del 30%). AllA� se ha constatado que un 6% de los estudiantes gozan de espA�ritu emprendedor, es decir, sA?lo en aquella Universidad existen alrededor de 1.200 emprendedores. Adicionalmente la OTRI de la misma Universidad registra mA?s de 40 proyectos emprendedores al aA�o.
Al hilo de lo expuesto, la desconexiA?n entre las PYMES y la Universidad es prA?cticamente total, cuando hay paA�ses, como Alemania, donde cumplen aquellas la funciA?n de actuar como departamento de I+D de las pequeA�as empresas que, debido a su escasa dimensiA?n, no pueden sufragar sus propios gastos de investigaciA?n; aunque en muchos casos son generadoras de innovaciA?n dada su fuerte presencia en el mercado.
Por otro lado, la participaciA?n del capital-riesgo en este tipo de proyectos en EspaA�aA� es muy inferior a paA�ses de nuestro entorno, siendo reemplazado parcialmente por un sistema de ayudas y subvenciones que se va extinguiendo en la medida que vamos pasando a ser paA�s emisor, en lugar de receptor de ayudas por parte de la UniA?n Europea. Mientras que en EEUU el 23% de los fondos de capital se destina al sector de la biotecnologA�a, en EspaA�a no alcanza el 4%.
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