Aumenta la disfunciA?n tiroidea
Sufrir disfunciA?n del tiroides se asocia a un incremento de la morbilidad, deterioro del perfil lipA�dico y un aumento del riesgo de enfermedad coronaria y de mortalidad cardiovascular, seA�alan desde la Sociedad EspaA�ola de BioquA�mica ClA�nica y PatologA�a Molecular (SEQC), que advierte de que se estima que casi un 7 por ciento de la poblaciA?n europea sufre una disfunciA?n tiroidea sin saberlo. «Considerando la alta prevalencia de esta patologA�a, asA� como su importancia para los Sistemas de Salud PA?blica y el impacto en la sociedad de estas enfermedades, hemos de actualizar, conocer, difundir y mejorar nuestro conocimiento en este campo para poder realizar el diagnA?stico y seguimiento de esta patologA�a de la forma mA?s eficiente», ha explicado la doctora Pilar MA? SA?nchez en las XIV Jornadas del ComitA� CientA�fico de la SEQC.
Las consecuencias de sufrir una disfunciA?n tiroidea, aun siendo A�sta subclA�nica, no deben ser banalizadas. A pesar de ello, «no existe consenso sobre la conveniencia del cribado en la poblaciA?n general», aunque diferentes sociedades cientA�ficas y grupos de expertos aconsejan el cribado en grupos poblacionales especA�ficos, como en mujeres gestantes, mujeres mayores de 35 aA�os o en pacientes de edad avanzada.
La incidencia de disfunciA?n tiroidea afecta en mayor medida a las mujeres, en las que se estima una incidencia de 420 casos por 100.000 al aA�o frente a los 85 casos por 100.000 al aA�o en hombres. Por tanto, dado que la enfermedad tiroidea aumenta tambiA�n con la edad, quienes tienen mayor probabilidad de sufrirla son las mujeres y, sobre todo, por encima de los 40 aA�os. Asimismo, circunstancias como el embarazo, tambiA�n aumentan la probabilidad de padecerla.
La disfunciA?n tiroidea puede manifestarse en forma de numerosos signos y sA�ntomas (depresiA?n, infertilidad, hipercolesterolemia, etc.). SegA?n han explicado, di se pregunta a los pacientes sobre los sA�ntomas que han padecido, es de resaltar que la mayorA�a presentan cansancio, cambios de humor, depresiA?n, falta de atenciA?n y alteraciones en su vida familiar y social; por tanto, «es una patologA�a que suele presentar una sintomatologA�a poco definida».
TambiA�n hay que tener un mayor control durante la gestaciA?n, ya que se producen una serie de cambios fisiolA?gicos en la mujer, que para el tiroides suponen un estado de estrA�s, de modo que se tiene que estar ajustando permanentemente a las diferentes necesidades surgidas a lo largo del embarazo. AsA�, durante la gestaciA?n, el tejido tiroideo necesita secretar un 50% mA?s de hormona tiroidea que en la mujer no gestante.
«En este sentido, el cribado de la disfunciA?n tiroidea en el embarazo es un tema especialmente controvertido actualmente. En funciA?n de los datos disponibles en cuanto a la repercusiA?n que puede tener la patologA�a tiroidea en relaciA?n a las complicaciones obstA�tricas y al desarrollo neurocognitivo del feto se ha alcanzado un consenso para el cribado de la enfermedad durante la gestaciA?n, pero no hay unanimidad respecto a si debe ser un cribado universal o dirigido a una subpoblaciA?n de mayor riesgo. Donde sA� hay consenso es en el cribado del hipotiroidismo neonatal», explican.
Ante la inespecificidad de los signos y sA�ntomas que acompaA�an a la disfunciA?n tiroidea el diagnA?stico es, en la gran mayorA�a de los casos, dependiente de los resultados del anA?lisis de sangre en el laboratorio. En este sentido, el laboratorio clA�nico juega un papel clave en el diagnA?stico de la enfermedad tiroidea.
Los mA�todos para medir la concentraciA?n de hormonas tiroideas y de la TSH (hormona estimulante de la tiroides) han sufrido una gran evoluciA?n, tanto en la tecnologA�a como en los sistemas de medida, haciA�ndose cada vez mA?s robustos y rA?pidos.
TambiA�n se han ido perfeccionando los protocolos de diagnA?stico y seguimiento para hacer el diagnA?stico bioquA�mico de la enfermedad mA?s eficiente y adaptado a las diferentes situaciones fisiopatolA?gicas, como la infancia, la gestaciA?n, el puerperio, o la sospecha de hipotiroidismo secundario.
Un anA?lisis de sangre, barato y sin efectos secundarios para el paciente, es suficiente para conocer la concentraciA?n de TSH y de hormonas tiroideas y evaluar la funciA?n tiroidea del paciente. Por su parte, los resultados obtenidos por inmunoanA?lisis, que son los mA�todos mA?s empleados en los laboratorios clA�nicos, son en general adecuados. Sin embargo, no estA?n exentos de interferencias, a la vez que las concentraciones obtenidas deben ser interpretadas en funciA?n del contexto clA�nico del paciente.
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