El peligro de la pseudociencia
Febrero 2015.- Un reciente estudio de las universidades de Deusto y Nueva Gales del Sur (Australia) demuestra que las personas que confA�an en tratamientos basados en pseudociencia tienen dificultades para reconocer que otros con eficacia cientA�ficamente demostrada sA� provocan efectos beneficiosos. Los resultados del trabajo se acaban de publicar en la
Investigadores de la universidades de Deusto y la australiana Nueva Gales del Sur han llevado a cabo un estudio que demuestra que las personas que desarrollan la falsa creencia de que un tratamiento ineficaz estA? funcionando pueden tener dificultades para reconocer que otro sA� es beneficioso.
La investigaciA?n, publicada este aA�o en la revista British Journal of Psychology, puede ayudar a comprender porquA� las personas toman decisiones de salud en su vida diaria, como, por ejemplo, a la hora de decidir seguir o no el tratamiento prescrito por el mA�dico, segA?n los autores.
La cuestiA?n que se propusieron abordar los investigadores fue la siguiente: A?Puede el hecho de creer en una terapia pseudocientA�fica (es decir, ineficaz) hacer que una persona sea menos propensa a percibir la eficacia de un tratamiento probado cientA�ficamente? Esta investigaciA?n podrA�a explicar por quA� hay personas que, en favor de terapias pseudocientA�ficas, rechazan la medicina convencional, lo que puede llevar a nefastas consecuencias.
SegA?n seA�ala Ion Yarritu, investigador de la Universidad de Deusto y uno de los autores del estudio «a menudo las personas desarrollamos falsas creencias acerca de cA?mo los sucesos que ocurren a nuestro alrededor se relacionan causalmente. Llamamos a esto ilusiA?n causal. Un ejemplo de este tipo de ilusiones es la llamada IlusiA?n de control, fenA?meno que describe la tendencia generalizada a atribuir a nuestras propias habilidades la ocurrencia de eventos favorables, que en realidad son del todo incontrolables».
Pese a que estas falsas creencias «pueden en ocasiones tener efectos psicolA?gicos beneficiosos, como la tranquilizadora sensaciA?n que produce el sentir el control sobre nuestras vidas, no estA?n exentas de riesgos», agrega.
En la investigaciA?n participaron 147 voluntarios divididos en dos grupos. Durante la primera fase del estudio uno de los grupos desarrollA? una fuerte ilusiA?n causal que hizo germinar la falsa creencia de que una medicina (ficticia) producA�a la recuperaciA?n de unos pacientes (tambiA�n ficticios). El otro grupo tambiA�n desarrollo esta ilusiA?n pero en menor grado.
Las falsas creencias pueden tener efectos psicolA?gicos tranquilizadores y una sensaciA?n de control de nuestras vidas, pero no estA?n exentas de riesgos. Para ello, los autores mostraron a los participantes 100 escenarios en los que unos pacientes ficticios aquejados de una enfermedad podA�an haber tomado o no una medicina, tras lo cual se indicaba si el paciente se recuperaba o no.
Dado que los pacientes ficticios se recuperaban con la misma probabilidad independientemente de que hubiesen tomado o no la medicina, la efectividad de la medicina presentada en esta fase primera era nula. La diferencia entre los dos grupos de participantes residA�a en que mientras uno de los grupos observaba muchos casos de pacientes que tomaban la medicina el otro observaba muy pocos. Esto hizo que los participantes del primer grupo desarrollasen una ilusiA?n mayor que los del segundo acerca de la efectividad de la medicina (ineficaz) para producir la recuperaciA?n de los pacientes.
En la segunda fase del estudio se mostrA? a los dos grupos de participantes 100 nuevos escenarios en los que la medicina ineficaz de la fase anterior se presentaba conjuntamente con una nueva medicina. La probabilidad de que el paciente se recuperase era mayor habiendo tomado las dos medicinas que sin haber tomado ninguna. Es decir, la introducciA?n de la nueva medicina incrementaba la probabilidad de recuperaciA?n, por lo que A�sta sA� tenA�a un efecto beneficioso.
El resultado principal del estudio fue que el grupo de participantes que habA�an desarrollado una ilusiA?n mA?s fuerte en la primera fase valorA? la nueva medicina (que sA� era eficaz) peor que el otro grupo.
Los resultados indican que desarrollar una creencia ilusoria acerca de la habilidad de una causa (la medicina ineficaz) para producir un resultado (la recuperaciA?n) puede evitar que se aprenda adecuadamente la relaciA?n existente entre otra causa (la medicina eficaz) y el resultado (el cual sA� produce). Esto podrA�a explicar por quA� algunas personas renuncian a los tratamientos cuya efectividad se ha comprobado cientA�ficamente en pro de tratamientos pseudocientA�ficos poco o nada eficaces.
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