Hallan diferencias entre los cerebros masculino y femenino
Febrero 2015.- Muchos trastornos psiquiA?tricos, como el autismo o la depresiA?n, afectan de forma distinta a hombres y mujeres, y la clave puede estar en el proceso de formaciA?n cerebral del feto en el A?tero. Una nueva investigaciA?n revela cambios epigenA�ticos en mA?s de un 7% de los 400.000 sitios genA?micos evaluados en el cerebro de hombres y mujeres.
El desarrollo cerebral prenatal es el perA�odo mA?s rA?pido de producciA?n de neuronas en el sistema nervioso central y cada vez mA?s la literatura cientA�fica apunta que muchos trastornos neuropsiquiA?tricos a��como la esquizofrenia o el autismoa�� tienen un considerable componente de desarrollo neurolA?gico.
Un estudio publicado en a�?Genome Researcha�? ha examinado los cambios en la forma en la que los genes se regulan durante el desarrollo del cerebro humano. Entre los resultados, el equipo de investigadores encontrA? diferencias entre los cerebros masculinos y femeninos en un proceso llamado metilaciA?n del ADN (una modificaciA?n quA�mica de una de las cuatro bases que componen nuestro cA?digo genA�tico). Estas diferencias podrA�an contribuir a las variaciones sexuales en el comportamiento, la funciA?n cerebral y la enfermedad. SegA?n los autores de este estudio, que trabajan en la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter y en el Kings College de Londres , estas diferencias podrA�an contribuir a las variaciones sexuales en el comportamiento, la funciA?n cerebral y la enfermedad.
El trabajo se centra en los a�?interruptoresa�� moleculares que regulan la forma en la que los genes se activan sin cambiar el modelo de ADN subyacente. Estos procesos, conocidos como epigenA�ticos, modulan cA?mo se desarrollan diferentes tipos de tejidos y cA�lulas, y ayudan a diferenciar las cA�lulas del cerebro de las de otras partes del cuerpo. a�?Nuestro interA�s en las diferencias sexuales se debe en parte a la existencia de desigualdades en las tasas de muchos trastornos psiquiA?tricos entre hombres y mujeres. Por ejemplo, el autismo es mA?s frecuente en hombres, pero la depresiA?n es mA?s comA?n en mujeresa�?, explica a Sinc Jonathan Mill, autor principal de la investigaciA?n.
Por su parte, Helen Spiers, primera autora del estudio, subraya la importancia del hallazgo: «Hombres y mujeres muestran diferencias en la susceptibilidad a algunas enfermedades neurolA?gicas. Comprender las diferencias sexuales en el desarrollo del cerebro pueden ayudarnos a entender los orA�genes de estas variaciones».
Los investigadores midieron los patrones genA?micos de la metilaciA?n del ADN en cerca de 200 muestras, abarcando desde 23 hasta 184 dA�as despuA�s de la concepciA?n. AsA�, encontraron cambios significativos en la metilaciA?n del ADN a travA�s del desarrollo del cerebro en mA?s de un 7% de los 400.000 sitios genA?micos evaluados.
«El perA�odo prenatal es un momento de gran plasticidad, cuando el cerebro estA? colocando las estructuras que controlan la funciA?n neurobiolA?gica. Si podemos entender los patrones a�?normalesa�� de desarrollo del cerebro, nos proveerA? informaciA?n sobre las vA�as involucradas en estos trastornosa�?, concluye Mill.
Llegados a este punto hay que recordar que el doctor Hugo LiaA�o, uno de los mayores neurA?logos espaA�oles y miembro del ComitA� CientA�fico de BIOTECH MAGAZINE, es el autor de la obra a�?Cerebro de hombre, cerebro de mujera�? (Ediciones B). En la pA?gina 119, este acreditado neurocientA�fico escribiA? que «Los neurA?logos estamos acostumbrados a emplear un conjunto de tA�rminos que, por la deformaciA?n profesional, se nos antojan conocidos por cualquier profano. Como esto no es asA�, conviene que hagamos una mA�nima explicaciA?n de las principales zonas del cerebro que tienen que ver con la inteligencia. DespuA�s ya comentaremos quA� es lo que vamos a entender por inteligencia.
En el extremo superior del tubo nervioso, durante el desarrollo embrionario, se forman dos vesA�culas, a las que por encontrarse en la parte mA?s alejada del sistema nervioso central se denomina telencefiA?licas, pues la palabra griega tele quiere decir lejos. Sobre estas vesA�culas se organiza un tejido nervioso que constituye el telencA�falo y a estas masas que representan mA?s tarde las mayores estructuras del encA�falo humano se las llama hemisferios cerebrales, derecho o izquierdo, segA?n se mira en el sentido del portador del cerebro.
En los hemisferios cerebrales la capa externa o corteza cerebral configura la substancia gris, que estA? constituida por la agrupaciA?n de los cuerpos de las cA�lulas. El tejido profundo recibe el nombre de substancia blanca, formada por las fibras de las cA�lulas.
Por tanto, la substancia gris y sus redes reciben informaciA?n, elaboran mensajes y almacenan datos; la substancia blanca es el conjunto de vA�as que propagan o transmiten informaciA?n, centrA�peta si es sensorial o sensitiva, centrA�fuga si es motora. Las uniones entre unas cA�lulas nerviosas y otras se llaman sinapsA�s.
Las distintas A?reas corticales del cerebro tienen funciones mA?s o menos especA�ficas. Las zonas del cerebro que las contienen o lA?bulos cerebrales reciben los nombres de frontales, parA�etales, temporales y occipitales (vA�ase imagen).
Dentro de ellos estA?n situadas A?reas con cometidos distintos. AsA�, la parte mA?s anterior del lA?bulo frontal o A?rea prefrontal estA? relacionada con la conducta social y la memoria a corto plazo; la mA?s inferior u orbitofrontal, con el sistema lA�mbico y con los instintos por tanto, y la porciA?n mA?s posterior contiene el A?rea precentral motora y el A?rea de Broca de la expresiA?n del lenguaje.
En el lA?bulo parietal, la porciA?n mA?s anterior o A?rea postcentral es sensitiva, y la posterior interviene en los procesos cognoscitivos del tratamiento de los datos espaciales, verbales y del conocimiento del propio cuerpo. En el lA?bulo temporal se encuentran las cortezas de las A?reas de la audiciA?n y de la percepciA?n y elaboraciA?n del lenguaje (A?rea de Wernicke) y en su parte mA?s inferior y medial, el A?rea hipocA?mpA�ca, que es parte del sistema lA�mbico y una estructura crA�tica en los circuitos de la memoria. Los lA?bulos occipitales contienen A?reas visuales.
Como veremos repetidamente, las funciones de las A?reas cerebrales tienen contenidos o matices distintos segA?n se trate del hemisferio cerebral derecho, a menudo llamado no-dominante, o del izquierdo o dominante.
Los hemisferios cerebrales son la parte mA?s compleja de un ordenador increA�blemente potente. En ellos se encuentra la base de datos que contiene y almacena incesantemente todo lo que nos interesa de cuanto conocemos.
El ser humano, desde que tiene vida, recibe constantemente informaciones que percibe por los A?rganos de los sentidos y de las que hace un anA?lisis somero para decidir a quA� debe dar respuesta inmediata, quA� es lo que desestima y finalmente quA� le interesa conservar.
Esto A?ltimo se acoge tras el paso por estructuras nerviosas vinculadas a los afectos y a la emociA?n y ha de pasar a los almacenes de la memoria remota; por eso, es bien conocido que A�se aprende lo que interesaA� y que representa un esfuerzo baldA�o intentar que permanezca lo que no conmueve ni importa.
Los almacenes de la memoria remota se encuentran en las agrupaciones neuronales de los hemisferios cerebrales o corteza cerebral. AsA� pues, la informaciA?n A�interesanteA� se procesa nuevamente, se compara con los datos previos, se elabora analizando sus componentes auditivos, tA?ctiles y cromA?ticos, sus dimensiones, su situaciA?n en el espacio, etc. y, con un sistema de codificaciA?n interno, se distribuye por las diferentes A?reas de la corteza cerebral, cada una de las cuales se encuentra mA?s especializada en la conservaciA?n de una u otra informaciA?n en forma de memoria remota.
No se puede hablar de la memoria como de una capacidad A?nica ni es posible, por tanto, buscar su localizaciA?n en un sA?lo departamento del cerebro. Memoria es algo que interviene en casi cualquier proceso intelectual, ya que tiene diversos tipos, contenidos, niveles y consideraciones en el tiempo. La memoria puede ser condicionada o procesual, episA?dica o semA?ntica, rememorativa o asociativa, a corto, medio y largo plazo. Finalmente, cada aspecto de esta A?ltima funciA?n tiene una consideraciA?n molecular y es uno de los temas de mayor interA�s en las investigaciones actuales en el campo de la neurologA�a.
Las A?reas de un mismo hemisferio del cerebro tienen conexiones entre sA�, de forma inmediata, con un recorrido en U, o con fibras directas pero de larga distancia cuando las A?reas estA?n alejadas. Las A?reas similares de hemisferios opuestos tambiA�n se conectan entre sA� para enriquecer la informaciA?n recibida en un hemisferio con los datos que provienen del otro hemisferio, que tiene algunas propiedades distintas de especializaciA?n, como luego veremos.
Estas conexiones reciben el nombre de fibras de asociaciA?n cuando establecen puentes entre distintas A?reas del mismo hemisferio y el de fibras comisurales si constituyen la conexiA?n entre los dos hemisferios cerebrales, derecho e izquierdo. Las comisuras que hay en nuestro cerebro son: las comisuras blancas (anterior y posterior) y una gruesa estructura central que prende apretadamente los hemisferios y recibe el nombre de cuerpo calloso.
De la dimensiA?n de la informaciA?n guardada, de la capacidad para extraerla de la memoria almacenada, de la habilidad para compararla con nuevos datos y elaborar mensajes nue-vos, ideas o pensamientos, de la rapidez para programar y ejecutar acciones, y en definitiva, del rendimiento obtenido de ellos, indefectiblemente ligado al convencionalismo de lo establecido en una cultura, depende la inteligencia de cada ser humano.
No ha habido nunca forma convincente de definir lo que se entiende por inteligencia y siempre se ha establecido en estos intentos una relativa discusiA?n entre capacidad y rendimiento. El vulgo tambiA�n matiza esta diferencia y dice de una persona que es mA?s A�inteligenteA� que otra, pero que A�sta es mA?s A�listaA� que la anterior.
Sucede que, con ser fundamental el potencial de ideaciA?n y enjuiciamiento, si el sujeto carece de capacidad de atenciA?n y de concentraciA?n, si no tiene habilidad para comunicar sus pensamientos o si no acompaA�a de afectividad o interA�s su aprendizaje o la emisiA?n de su mensaje, difA�cilmente obtendrA? un rendimiento similar al de un intelecto mediocre pero voluntarioso. Por eso es un discurso estA�ril hablar de inteligencia en lo relativo al cerebro y los sexos. SerA? mA?s provechoso comentar las competencias del cerebro en el proceso cognoscitivo.a�?
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