Nuestros ancestros agricultores
Septiembre 2015.- Los primeros agricultores que entraron en Europa hace unos 8.000 aA�os procedentes de Oriente PrA?ximo se expandieron por el continente siguiendo dos rutas distintas: una hacia Centroeuropa y otra hacia la penA�nsula ibA�rica que sigue la costa mediterrA?nea. Un equipo de cientA�ficos ha secuenciado el genoma de una mujer neolA�tica a partir de un diente datado en 7.400 aA�os, y gracias a este nuevo genoma, han podido determinar que los agricultores de la ruta mediterrA?nea y de la ruta interior son muy homogA�neos y claramente derivan de una poblaciA?n ancestral comA?n.
Un equipo internacional de investigadores ha secuenciado el primer genoma completo de un agricultor ibA�rico, que es tambiA�n el primer genoma antiguo de toda el A?rea mediterrA?nea. Este nuevo genoma permite conocer los cambios genA�ticos caracterA�sticos de la migraciA?n neolA�tica en el sur de Europa que provocA? el abandono del modo de vida cazador-recolector.
El estudio fuA� dirigido por el Instituto de BiologA�a Evolutiva, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones CientA�ficas (CSIC) y la Universitat Pompeu Fabra, en colaboraciA?n con el Centre for GeoGenetics de Dinamarca. Los resultados se han publicado en a�?Molecular Biology and Evolutiona�?.
Los primeros agricultores que entran en Europa hace unos 8.000 aA�os procedentes de Oriente PrA?ximo se expanden por el continente siguiendo dos rutas distintas: una hacia Centroeuropa que remonta el curso del Danubio y otra hacia la PenA�nsula IbA�rica que sigue la costa mediterrA?nea. Estos A?ltimos agricultores desarrollan su propia tradiciA?n cultural: la cerA?mica cardial, llamada asA� por la caracterA�stica decoraciA?n incisa realizada con los bordes de conchas de bivalbos del gA�nero Cerastoderma(antes Cardium).
Hasta el momento se disponA�a de datos genA?micos de varios individuos pertenecientes a la ruta interior encontrados en HungrA�a y Alemania, pero se carecA�a de genomas completos de la ruta mediterrA?nea. Esto es debido en parte a las condiciones climA?ticas del sur de Europa, que dificultan la conservaciA?n del material genA�tico.
El equipo investigador, dirigido por Carles Lalueza-Fox, del Instituto de BiologA�a Evolutiva, ha secuenciado el genoma de una mujer neolA�tica a partir de un diente datado en 7.400 aA�os y procedente de los niveles cardiales de la cueva denominada Cova Bonica, en Vallirana. Este yacimiento estA? siendo excavado por un equipo de la Universitat de Barcelona dirigido por Joan Daura, Montserrat Sanz, Mireia Pedro, Xavier Oms y Pablo MartA�nez. Asimismo, se han recuperado datos genA?micos parciales de otros tres yacimientos: cova de l’Or (Alicante), cova de la Sarsa (Valencia) y Almonda (Portugal).
Gracias a este nuevo genoma, los investigadores han podido determinar que los agricultores de la ruta mediterrA?nea y de la ruta interior son muy homogA�neos y claramente derivan de una poblaciA?n ancestral comA?n, que muy probablemente es la de los primeros agricultores que entran por Anatolia en Europa.
SegA?n IA�igo Olalde, primer firmante del trabajo, «la secuenciaciA?n de este genoma ha sido posible gracias a nuevos avances tanto en las tA�cnicas de extracciA?n de ADN antiguo, como en las tA�cnicas de construcciA?n de librerA�as genA?micas y de secuenciaciA?n masivaa�?.
El anA?lisis del genoma de Cova Bonica ha permitido reconstruir el aspecto fA�sico de estos agricultores pioneros, que tenA�an la piel clara y los ojos oscuros. Esto contrasta con los anteriores cazadores mesolA�ticos que, como el hombre de La BraA�a en LeA?n a��recuperado en 2014 por el mismo equipo investigadora��, tenA�an la piel mA?s oscura que los europeos actuales y los ojos azules.
Ambos individuos estA?n separados por tan solo 600 aA�os y 800 kilA?metros; sin embargo, son muy distintos desde un punto de vista genA�tico. Los ibA�ricos actuales derivan en gran parte de estos agricultores.
Para Carles Lalueza-Fox, «este estudio es solo el primer paso de un gran proyecto que pretende crear un transecto paleogenA?mico ibA�rico, desde el mesolA�tico hasta la Edad Media, para comprender la gA�nesis de las actuales poblaciones ibA�ricas y detectar afinidades con movimientos poblacionales transeuropeos; hasta el momento disponemos de datos genA?micos de medio centenar de individuos y queremos llegar a mA?s de cien».
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