Trastornos psicA?ticos en reclusos

Entre el 10 y el 15 por ciento de la poblaciA?n reclusa en EspaA�a padece un trastorno psicA?tico, segA?n ha asegurado el coordinador de la Unidad de HospitalizaciA?n PsiquiA?trica Penitenciaria de CataluA�a, A?lvaro Muro.

Asimismo el 14 por ciento de los pacientes con enfermedades mentales que ingresan en centros penitenciarios padecen esquizofrenia y otros trastornos psiquiA?tricos. Los trastornos de personalidad o del estado de A?nimo son tambiA�n comunes aunque la tasa mA?s elevada de ingresos se relaciona con toxicomanA�as, suponiendo el 30 por ciento de los casos de estos pacientes.

«En el A?mbito penitenciario son mA?s frecuentes los cuadros de patologA�a dual o las comorbilidades con trastornos de la personalidad, lo que dificulta aspectos terapA�uticos como la adquisiciA?n de la conciencia de enfermedad o la adherencia terapA�utica», ha apostillado el psiquiatra en el Hospital PsiquiA?trico Penitenciario de Sevilla, Pedro MassA�.

Ahora bien, los expertos han comentado que una vez se realiza el abordaje terapA�utico integral, la mayorA�a de los cuadros de trastorno mental grave tienden hacia la estabilizaciA?n psicopatolA?gica y la mejorA�a funcional. En este sentido, MassA� ha aludido al estudio ‘PRECA’ que muestra que en el medio penitenciario la prevalencia de presentar un trastorno psicA?tico es del 10,7 por ciento..

AdemA?s, segA?n datos del estudio ‘Prevalencia de trastornos mentales en medio penitenciario, calidad de vida y utilizaciA?n de servicios’, en el que se tomA? como muestra a 707 pacientes, el consumo de drogas induce de manera significativa a la presencia de patologA�a psiquiA?trica grave y menos grave e incrementa el riesgo de conducta suicida. AdemA?s, el policonsumo aumenta la probabilidad de comisiA?n de delitos violentos y multiplica por tres la posibilidad de reincidencia.

Por otra parte, los expertos han informado de que en EspaA�a, desde el punto de vista farmacolA?gico y multidisciplinar, existen dos modelos de atenciA?n en los centros penitenciarios para este tipo de pacientes. «Por un lado, el modelo de CataluA�a, basado en red sanitaria, y otro para el resto de comunidades autA?nomas, donde la sanidad penitenciaria forma parte de Justicia e Interior, que implica menos rotaciA?n de personal sanitario y sin jornada completa. Esto implica que los pacientes puedenA�A�no estar tratados por psiquiatras especializados. AdemA?s, en el PaA�s Vasco se ha comenzado tambiA�n una unidad de 10 camas de red sanitaria para medidas de seguridad», ha recalcado Muro.

En este sentido, el experto ha avisado de que en las prisiones espaA�olas hacen falta mA?s medios para atender a los pacientes psiquiA?tricos y unidades de media y baja seguridad, por lo que ha destacado la necesidad de que todos los centros penitenciarios espaA�oles integren un modelo para disponer de psiquiatras propios en los centros penitenciarios, algo que, a su juicio, tambiA�n facilitarA�a que se redujese el estigma social y de la propia prisiA?n.

En las consultas de AtenciA?n Primaria se atienden el 50 por ciento de las consultas relacionadas con un problema de salud mental. En cualquier caso, los expertos han defendido que el abordaje de los pacientes sea multidisciplinar y que, tanto los mA�dicos de AtenciA?n Primaria, enfermeros y psiquiatras estA�n implicados en el tratamiento de los pacientes. Finalmente, los expertos han destacado el papel de los tratamientos de larga duraciA?n en el A?mbito penitenciario y, en concreto, de palmitato de paliperidona, para el abordaje del paciente con trastornos mentales en el A?mbito penitenciario, debido a su adecuado perfil de eficacia y seguridad. Este tipo de tratamientos han demostrado su rapidez de inicio de acciA?n y la reducciA?n de recaA�das y hospitalizaciones