PequeA�os cambios en el genoma explican las diferencias sexuales en el cA?ncer de hA�gado
Enero 2011.- Aunque la diferencia de gA�nero en el cA?ncer de hA�gado ya era conocida desde hace mucho tiempo por los expertos, los mecanismos moleculares por los que los estrA?genos previenen y los andrA?genos estimulan el cA?ncer de hA�gado seguA�an pendientes de aclararse.
Ahora, un estudio en ratones, publicado esta semana en la revista Cell y liderado por Klaus Kaestner, investigador de la Universidad de Pensilvania (EE UU), revela que la diferencia depende de a quA� proteA�nas se unen las hormonas sexuales y confirma que se trata del grupo especA�fico de proteA�nas reguladoras de la transcripciA?n, denominadas Foxa 1 y 2.
Normalmente, cuando se expone a los ratones a un carcinA?geno del hA�gado, los machos desarrollan muchos tumores, al contrario que las hembras. Sorprendentemente, esta incidencia relacionada con el gA�nero era totalmente opuesta en los ratones creados genA�ticamente por los autores, que carecA�an de genes Foxa.
AsA�, los investigadores pudieron demostrar, mediante anA?lisis genA?micos complejos, que las acciones en el hA�gado de los estrA?genos y los andrA?genos dependen de las proteA�nas Foxa, lo que explicarA�a este fenA?meno opuesto en el cA?ncer de hA�gado.
El poder de los estrA?genos
A partir de la evidencia de que en las mujeres el receptor de estrA?genos protege contra el cA?ncer de hA�gado, los autores buscaron marcadores SNP dentro de los lugares de uniA?n de Foxa en muestras de tejido de mujeres con y sin cA?ncer. Sorprendentemente, las mujeres enfermas presentaban con frecuencia SNP en dichos lugares de uniA?n.
Los investigadores demostraron que el SNP mutado no solamente evita la uniA?n de las proteA�nas Foxa, sino tambiA�n del receptor de estrA?genos en los lugares objetivos cercanos. AdemA?s, apuntan que esta inhibiciA?n de la uniA?n del receptor de estrA?genos tiene como resultado la pA�rdida del efecto protector de estas hormonas y un aumento del riesgo de cA?ncer de hA�gado.
El equipo concluye que las futuras investigaciones deberA?n determinar si esto ocurre, pero al contrario, en los hombres. AdemA?s, si los datos humanos se validaran en cohortes mayores de pacientes, esta investigaciA?n puede llevar a ensayos para predecir el riesgo genA�tico de cA?ncer de hA�gado.
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